



Por Alberto Arce (p)
Para VILLA MARIA NOTICIAS
Comentar un encuentro que ya pasó no tiene demasiado sentido. En los tiempos actuales, en los que poco y casi nada se analiza la táctica, la estrategia, el sistema, los caminos hacia la victoria, sino el RESULTADO FINAL pareciera que ponerse a escribir sobre un partido sin goles que finalizó hace varias horas es innecesario y fuera de tiempo. “Ya fue”, dirían algunos pibes.
Pero en lo personal me atrapa esto de armar y desarmar partidos de fútbol, seguir procesos, analizar conductas, actitudes y descubrir personalidades que quizás estaban a la vista y uno por incapacidad o impericia no las había descubierto.
El 0 a 0 del Seleccionado de la Liga Villamariense ante Río Cuarto en cancha de Acción Juvenil de General Deheza dejó la eliminación, expuesta, a la vista, que sería el resultado final a tantas mezquindades juntas, pero además quedaron algunas verdades y sentencias.
-Fue la mejor actuación del Seleccionado Mayor de la Liga en la Copa PAIS ante un experimentado Río Cuarto que puso en cancha todo lo que tenía (Beraldi, Laspina, Cuello, Acosta, Oyola y Prado, entre otros).
-Claudio Díaz realizó un planteo táctico – estratégico impecable. Con un mediocampo con muy buen pie le quitó la pelota a Río Cuarto, le otorgó libertades a Ignacio Córdoba, el más destacado a lo largo de los tres encuentros, y Nicolás Ceballos (la manija en el partido del miércoles) y le dio confianza y respaldo afectivo a Brian Mendoza, quien le desató los cordones o los abrojos de los botines a cuanto marcador se cruzara en su camino.
Además, entre Juan Giordano (el arquero menos vencido en la etapa clasificatoria del torneo Apertura de la LVF) y la seguridad que aportaron Tomás Perón – Ignacio Galleguillo, más el compromiso del resto la idea fue plasmada como “Lanita” Díaz lo dibujó en la previa en su cabeza.
-Hubo cuatro futbolistas que, desafiando las recomendaciones de los que mandan en los clubes, eligieron estar: Ignacio Galleguillo, Tomás Perón, Nicolás Ceballo e Ignacio Córdoba. Y el resto se mostró tan comprometido que no quiso faltar. Fueron 17 (no se pudo completar el banco de los suplentes).
-Que nadie lo dude. Muchos (o todos) de los que faltaron y que argumentaron alguna dolencia (molestia, dolor, incomodidad o alguna otra excusa por el estilo) seguramente estarán entre los titulares de sus clubes el domingo por los cuartos de final.
-Al final de cuentas, Atlético Ticino y Alem terminaron adoptando la misma cuestión mezquina que Alumni y Colón, los primeros en retacear su apoyo al proyecto de Selección en la Copa PAIS.
-Pero no todas fueron pálidas al cabo de tres partidos en la Copa País, un torneo que algunos descalifican y pretenden quitarle el valor que tiene la representatividad y el orgullo que significa ponerse la camiseta de la Selección de la Liga a lo largo de una carrera futbolística.
Todos los tiempos son tiempos difíciles y este tiempo, hecho de pérdidas y de incertidumbres, ratifica y profundiza la dificultad. Pero ningún tiempo difícil es suficientemente difícil como para borrar la consistencia de un legado capaz de instalar que hay un arte entre las artes que les pertenece a los pueblos y que es el orgullo de estar, de pertenecer, de sentir algo como propio. El fútbol, por suerte, todavía sigue conservando rebeldes, cuerpos y almas que no aceptan las imposiciones y se rebelan contra el sistema y tienen en la ley de los ojos (que no es otra cosa que la mirada), la palabra y el compromiso estar al lado de sus compañeros cuando más se lo necesita. Eso también es empatía y solidaridad. En la calidez que aportan esas dos cualidades anidan los goles que faltaron, los triunfos que no fueron.

Compartir en Redes Sociales