Atlético Ticino es finalista del torneo Clausura Marmolería Granimar de la Liga Villamariense de Fútbol. Derrotó 2-0 a Alumni en la segunda semifinal en la Plaza Ocampo y definirá el título con Argentino. Goles de Alexis Rodríguez y Juan Segundo Maldonado.
Un muy buen marco de público tuvo el encuentro, que fue dirigido por el árbitro cordobés Mariano Peñaflor.
En la noche de este jueves el Consejo Directivo de la Liga Villamariense de Fútbol programará los días, escenarios y otros detalles de las dos finales.
COMENTARIO
(Alberto Arce p)
Atlético Ticino es un merecido finalista. Le ganó a Alumni con un planteo inteligente, dejándolo sin respuestas futbolísticas ni anímicas tras un tempranero gol convertido por Alexis Rodríguez en el génesis del partido.
El 9 encontró una impensada libertad en el segundo palo y con la salida de Jonathan Scalzo en el aire puso la cabeza, le dio dirección al envío y anotó un gol que puso a Alumni en un estadío del que nunca pudo emerger.
Lo que le alcanzó al Atlético Ticino es lo que no pudo ofrecer Alumni: inteligencia, personalidad y oportunismo para definir las situaciones que se le presentaron.
El triángulo defensivo conformado por Diego Fantino (arquero), Gastón Scagliarini y Lautaro Monje (zagueros centrales) se constituyó en un espacio en el que se estrellaron los intentos de un Alumni que, en los últimos partidos, dependió casi exclusivamente de los goles de Pedro Mune (sancionado con una fecha y ausente en la formación de la revancha de semifinales).
El fortinero se quedó sin gol y el correcto funcionamiento defensivo del Atlético Ticino dejó al descubierto esta orfandad y la falta de creatividad para poder penetrar un esquema que también en los laterales Elías Acosta y Javier Bergese tuvo cerrojos infranqueables.
La visita corrió, combatió, achicó espacios, fue generosa en su actitud y ni siquiera el lógico repliegue después del primer gol le dio a Alumni demasiadas opciones para igualar el juego. No hubo repentización, sorpresas ni desbordes por parte del local, salvo alguna acción aislada como un remate de Valentín Giraudo en el primer tiempo que se fue apenas por encima del travesaño.
Ese tempranero gol de Alexis Rodríguez simplificó la tarea de la visita, que tuvo un regalo impensado y casi ni transpiró para anotar un gol que en la planificación original no se veía tan sencillo.
El pimer tiempo se fue con un Atlético Ticino consolidando su juego, tomando los recaudos (no proyectó a los laterales que se mostraron cautos, ordenados y concentrados para que ni Monje ni Scagliarini tuvieran que sufrir en los cruces.
Sorprendido y confundido se fue Alumni a los vestuarios, lejos de lo que pretendía su entrenador Gastón Moyano, que lo hizo saber en la charla técnica.
Cuando volvieron del descanso, Alumni intentó adelantarse en el terreno, pero el gol de Juan Segundo Maldonado en sociedad con Nicolás Brugnaro (gran noche de ambos) liquidó el partido.
Lo que llegó después fue una respuesta más vísceral, más sanguínea que futbolística y los pocos intentos claros de Alumni encontraron la experiencia de Diego Fantino y la solidez de una defensa expeditiva y con ayuda de volantes solidarios y enjundiosos, comprometidos con la causa.
Ganó el que fue más no sólo en este partido, sino que también lo había demostrado en el encuentro de ida convirtiendo en figura a Jonathan Scalzo. Sin Mune (en Ticino y en la revancha), Alumni no tuvo goles, pero tampoco fútbol, juego, funcionamiento.
Estaba claro que a Alumni no le venía sobrando nada y sin las incorporaciones (en esta revancha no estuvieron Mune, Ortiz y Mendoza) quedó expuesto una vez más algo que se venía percibiendo: en algún momento no le iba a alcanzar. Se cruzó con un equipo que tiene “horas de vuelo” en varios de sus integrantes y con un entrenador que supo reemplazar a los ausentes Ayrton Páez (lesionado) y Gonzalo Bertola (emigró a Rivadavia).
En medio de este tránsito por el Regional era peligroso confundirse: por cuidar piernas, jugadores y creer que con menos era igual o suficiente, Alumni asumió riesgos innecesarios y no le alcanzó para establecer diferencia alguna. Atlético Ticino lo dejó afuera, tomándose revancha de una final perdida y de la eliminación en una semifinal (la del Apertura).
El fútbol a veces también ofrece estas cuestiones. Ticino era un rival para ponerle todo. Alumni, por diversas cuestiones (sanciones, cansancio, decisiones) hizo otra lectura de la situación. Y el resultado está a la vista. No sólo que no le sobraba, sino que no le alcanzaba.
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